El Biobanco vasco ha recibido 634 donaciones de cerebros de múltiples enfermedades

Con una financiación de 1,1 millones de euros para la investigación a través de convocatorias públicas, que representan casi el 2 % del total de la financiación obtenida para investigación en la sanidad pública vasca, los proyectos sobre esta enfermedad se desarrollan principalmente en el Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia y el Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces.

Asimismo, hay equipos de investigadores en distintas organizaciones de Osakidetza con el objetivo de seguir avanzando en la investigación de esta enfermedad, ya que la investigación en neurociencias y, en concreto, en el área de las enfermedades neurodegenerativas es prioritaria para el Departamento de Salud.

Así, para el apoyo de la investigación en neurociencias, Osakidetza cuenta con diversas plataformas como el Biobanco Vasco gestionado por la Fundación Vasca de Innovación e Investigación Sanitarias-BIOEF, dependiente del Gobierno vasco.

A través del Biobanco Vasco, el sistema vasco de salud cuenta con un pionero y novedoso programa de donación de cerebros, en el que recoge, guarda y distribuye a la comunidad científica las muestras biológicas excedentes de la rutina asistencial con fines de investigación y cuenta con un programa de donaciones de cerebro de personas sanas y pacientes con enfermedades neurodegenerativas.

Hasta el momento, el Biobanco ha recibido 634 cerebros de múltiples enfermedades, de los cuales, 12 casos eran de pacientes con parkinson.

Con el objetivo de sensibilizar sobre la necesidad de aumentar las donaciones, no solo de pacientes sino también de personas sanas, el Biobanco ha puesto en marcha una campaña para promover la donación de cerebros de parkinson y seguir avanzando en la investigación de esta enfermedad.

Salud ha recordado, en una nota, que este año se cumple el 200 aniversario de la primera descripción del parkinson, un trastorno progresivo de causa desconocida cuyas principales manifestaciones clínicas son la dificultad para iniciar un movimiento preciso, temblor de reposo, rigidez y trastornos posturales y de la marcha.

Afecta a entre el 0,5 % y el 1 % de la población mayor de 40 años, al 2 % de los mayores de 65 años y a los dos sexos por igual.

Hoy se sabe que algunos síntomas pueden preceder en varios años a los síntomas motores como son el estreñimiento, el trastorno de conducta de sueño REM (pesadillas con gritos y golpes), la pérdida de olfato y la depresión.

En algunos casos, la aparición de la enfermedad está asociada a varias mutaciones de genes conocidos

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