El neuropatólogo y, desde agosto de 2016, responsable del banco de cerebros de Asturias, Iván Fernández Vega, trata de dar un impulso a este depósito en el que, en la actualidad, se conservan muestras de 50 órganos que se utilizan para la investigación de enfermedades neurodegenerativas -como el alzheimer, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (el mal de las vacas locas) o el parkinson- y el diagnóstico clínico.