Entre familiares y amigos es un tema incómodo, casi tabú, pero la decisión está tomada: Jesús Sánchez donará su cerebro a la ciencia. No deja de ser un caso raro, tiene 75 años y está “en perfectas condiciones físicas y mentales”, asegura.
La inmensa mayoría de los órganos que reciben los bancos de cerebros -alrededor de un 98%, apuntan sus responsables- pertenecen a personas que han sufrido alguna enfermedad neurodegenerativa. Sus familiares están concienciados sobre la importancia de la investigación, aunque para ellos los posibles resultados vayan a llegar demasiado tarde.
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